ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD COMO RESPUESTA A LA EQUIDAD Y EL RESPETO HACIA LAS DIFERENCIAS EN RELACIÓN AL DOCENTE, LOS NUEVOS PARADIGMAS Y LOS PILARES DE LA INCLUSIÓN:

   
La diversidad entre los individuos es algo indiscutible y hasta se podría decir que esencial. 
Necesitamos ser diferentes para poder valorar, comparar y progresar, y poder así aprender de algo nuevo y desconocido. Las personas somos diversas por naturaleza, con nuestras particularidades, tendencias, gustos, intereses ritmos de trabajo y de aprendizaje, limitaciones, capacidades, etc. Todo ese cúmulo de características individuales hace que en las aulas nos encontremos con un sinfín de alumnos que muestran sus diferencias a la hora de aprender. En esa amalgama de características diversas existen grados que exigen una atención más o menos significativa para darles una respuesta educativa adecuada.

 El problema radica en que intentamos solventar las dificultades de aprendizaje de una manera individualista y atendiendo a las limitaciones, sin considerar la colectividad de la institución, las capacidades del grupo y la inclusión educativa como elementos claves de la mejora de la enseñanza. Una educación de inclusión y de calidad se basa en el derecho de todos los alumnos a recibir una educación que satisfaga sus necesidades básicas de aprendizaje y enriquezca sus vidas. 

Al prestar especial atención a los grupos marginados y vulnerables, la educación integradora y de calidad procura desarrollar todo el potencial de cada persona.

Su objetivo final es terminar con todas las modalidades de discriminación y fomentar la cohesión social ya que una escasa calidad educativa genera exclusión. Para ello es preciso promover políticas que garanticen la escolarización de los excluidos, acompañándolas de programas y prácticas que permitan a los niños conseguir buenos resultados.

 Esto exige abordar el problema de la diversidad de las necesidades de los alumnos y darle una respuesta, lo cual tiene repercusiones en los métodos de enseñanza, los planes de estudios, las modalidades de interacción y las relaciones de las escuelas con sus comunidades.

 El planteamiento de la educación inclusiva consiste en examinar cómo deben transformarse los sistemas educativos para responder a la diversidad de los educandos. Esa transformación entraña la necesidad de incrementar la calidad de la educación, mejorar la eficacia de los maestros promoviendo métodos pedagógicos centrados en los educandos. Los vínculos con la comunidad, son otro aspecto fundamental, ya que la relación entre maestros, alumnos, padres y sociedades en general es un factor esencial para fomentar la educación integradora.

   
Un plan de estudios inclusivo aborda todos los aspectos:

• cognitivos,
• emocionales y
• creativos del desarrollo del niño

LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA:

La base de la escuela inclusiva se configura sobre la igualdad, equidad, calidad, cooperación y la solidaridad, fomentando la valoración de las diferencias y entendiéndola como oportunidad de enriquecimiento mutuo para todos los agentes de la sociedad.

LOS NUEVOS PARADIGMAS EDUCATIVOS:


 Estos nuevos paradigmas incluyen a las tics y pasan de:

• Escuelas que enseñan a escuelas que aprenden: aprender a conocer constituye un aprendizaje plenamente implantado en el área del progreso científico y tecnológico. Esto apela a la necesidad urgente de responder a las nuevas fuentes de información, a nuevos medios de saber en una sociedad en red.

• De educación  como industria en educación como servicio: la educación es un servicio de proximidad y las comunidades disponen de la energía necesaria para resolver los problemas.

• De asociacionismo en constructivismo de los aprendizajes: conocer por participación y no solamente por control de práctica de aprendizaje.

CONCLUSIÓN:

La sociedad educativa se alimenta de personas competentes para aprender y para gestionar autónomamente sus recorridos , sus procesos de aprendizaje y de construcción activa del conocimiento.

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